Hoy traigo este artículo de Sonia Castro, psicóloga en el Instituto Europeo de Psicología Positiva que nos habla de la Comunicación Efectiva con los seguidores. Más abajo te dejo el link directo al artículo.
Es posible que tú que me lees ahora seas uno de los afortunados o afortunadas que todavía conoces o tienes cerca a una persona anti-redes y de los que aún se niegan a dejarse atrapar por ellas.
Esto en la actualidad es lo menos habitual, porque los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística derivados de la “Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares” realizada en Octubre del 2019 nos muestran que 9 de cada 10 personas de entre 16 y 74 años había utilizado internet en los tres últimos meses y que el 46,9% de las personas de entre 16 y 74 años habían comprado por internet en los tres últimos meses y es que Internet y es que las redes sociales y las aplicaciones más modernas han revolucionado y han cambiado drásticamente la forma en la que nos comunicamos y nos relacionamos con el mundo.
Ahora nuestra agenda de contactos es mucho más amplia, estamos disponibles al momento y de manera inmediata, podemos buscar trabajo, estudiar, pedir un taxi, tener terapia con nuestro psicólogo, estar informados, comprar casi de todo, acercarnos a esos familiares que viven geográficamente lejos… y un montón de cosas más, todo gracias a ellas y de manera online.
Está claro que si hacemos un uso correcto y adecuado de todo ello las ventajas y los beneficios que nos aportan son muchos, y de hecho cada vez más empresas y negocios se suman y utilizan de manera habitual la figura del “influencer” para llegar y conectar de una manera más cercana con su público y seguidores, gracias al uso de una comunicación efectiva.
Pero, ¿qué es lo que hay detrás de estas figuras y de cómo se comunican para que atraigan, enganchen y nos atrapen de tal manera? Fíjate en estas características.
- Comunican y se dirigen a nosotros desde la emoción. Y es que cuánto más se conecta con la emoción del público, más enganche habrá. Sus emociones nos emocionan y viceversa 😉 Nos gusta que se rían, que lloren, que nos abran su corazoncito, que nos confiesen sus secretos ocultos…
- Son cercanos, se muestran naturales. Al escucharlos pareciese que son como nosotros, son directos, informales, se equivocan, se ríen, nos hablan de tu a tu… pareciese que son uno más de nuestro grupo de amigos y eso conecta muchísimo.
Cuanto más cerca estás de tu cliente y cuanto más cerca te percibe, más impacto y fidelización vas a alcanzar con tu marca de empresa.
Y es que conectamos con personas reales, “normales”, similares a nosotros, con un estilo de vida parecido al nuestro, con posibles preocupaciones parecidas a las nuestras, con trabajos similares, con familias parecidas, con aficiones comunes, conectamos con la persona real, con cara, con nombre y apellidos y no con el personaje o con la persona famosa “celebrity” idealizada a la que es muy difícil llegar.
Parecen auténticos de verdad. Nos los creemos, confiamos en ellos. Nos sentimos identificados con lo que nos cuentan, parecen sinceros con lo que hacen y no dudamos de ellos.
- Son accesibles. Les sentimos cerca, son uno más, contestan los mensajes, dan feedback, solucionan nuestras dudas, nos preguntan, entablan conversaciones, se preocupan por su audiencia y están pendientes de nuestras necesidades.
- Se muestran empáticos. Sentimos que se ponen en nuestro lugar, que nos comprenden, que nos entienden, nos apoyan, esto refuerza al seguidor y hace que quiera más.
La realidad es esta, las nuevas tecnologías, Internet, las redes sociales y los influencers son parte de nuestro día a día, son el presente y serán parte del futuro. Han llegado para quedarse y cada vez aprietan con más fuerza.
Al usuario y al consumidor le gusta y lo demanda. Por esto, si quieres que tu marca conecte, si quieres llegar a mucha más gente y quieres hacer crecer tu negocio es fundamental que empieces a incorporar este tipo de campañas de marketing. ¡Ponte las pilas! Ahora es lo que toca, ya veremos que nos deparará el futuro.
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